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Hace unos días, Hannah nos proponía adoptar un blogger sin gluten preparando una de sus recetas, y yo, que siempre estoy deseando que me den excusas para hacer nuevas recetas, me apunté enseguida. Debo decir que lo más fácil fue elegir a mi hija adoptiva: Zerogluten, que tiene un blog que reune calidad de contenidos, originalidad, y una presentación de lujo. Además, me sentía un poco mal por haberle tenido que dar calabazas :P. Para enfrentarme a este reto, me encontré con dos grandes dificultades:
– Elegir una sola receta para copiar de entre todas las maravillas que tiene… de forma que finalmente decidí que ya que iba a adoptar, lo hacía con todas las consecuencias y preparaba un plato con su guarnición y su postre…

– Pelearme con las etiquetas de los productos para ver si llevan o no gluten. Y buscar información cuando me quedaban dudas. Oye, qué difícil. Y qué incultura la mía que no sé ni siquiera qué productos son susceptibles de llevar gluten o no. Finalmente opté por usar las marcas que Zerogluten recomienda, pero comprendo la incertidumbre que debe de sentir una persona que se enfrenta por primera vez a esta enfermedad, sin saber muy bien a dónde acudir para buscar información… Aún así me quedo con dudas de si habré metido la pata…

Bueno, que me enrollo. Resumiendo: he disfrutado cantidad adoptándote, Zerogluten. El pollo con costra y las patatas se han incorporado a nuestras recetas de casa. El bizcocho del pastel no me ha convencido tanto, pero me he divertido mucho preparándolo. Espero que os guste!

INGREDIENTES (para dos personas)

Dos pechugas de pollo.

Para la costra:

60 grs. de mayonesa sin gluten (Hellmann’s)
30 grs. de parmesano rallado en polvo.
Cayena molida al gusto
Especias italianas (yo he usado de la marca Carmencita Sensaciones de la Toscana. Están libres de gluten. Si alguien no tiene lleva cebolla, ajo, mejorana, tomillo, romero, tomate deshidratado,…)
Albahaca fresca picada
2 tomates secos en aceite de oliva

Para el gratinado:

7 grs. de pan rallado sin gluten (yo he usado Beiker, es el más barato que encontré)
10 grs. de parmesano rallado en polvo.
Orégano al gusto.
Sal de ajo al gusto (yo puse sal en escamas)
En una bandeja de horno, ponemos las dos pechugas de pollo ya limpias y sin piel. A continuación hacemos una mezcla con la mayonesa, el parmesano, los tomates secos picaditos, la cayena (ojo, que pica mucho), la albahaca fresca y las especias. Con la mezcla obtenida untamos las pechugas por arriba. En otro recipiente mezclamos el pan rallado sin gluten, el queso en polvo, el orégano y la sal de ajo. Espolvoreamos con esto las pechugas y nos las llevamos al horno a 220º unos 20 minutos. El olor que desprenden es fabuloso, pero cuando se prueban, como dice Zerogluten, que controla italiano como yo (parlare l’italliano e molto facile e divertente)… suono buone della verità!!!

Ingredientes (por persona):
2 patatas de buen tamaño
Romero
Aceite de oliva virgen extra
Sal
Palos de brocheta

Pelamos, lavamos y secamos las patatas, y las atravesamos por la base con un palo de brocheta para que al laminarlas nunca lleguemos a cortar del todo la patata. Con un cuchillo muy afilado, vamos cortando láminas finas en la patata a lo largo. Pincelamos de aceite la base de la fuente de horno donde vamos a asarlas, ponemos un chorrito de aceite por encima, las salamos, espolvoreamos con romero e introducimos en el horno, primero a 220º, durante 5 minutos y después a 190º durante una hora aproximadamente. Quedan muy doraditas, con una textura de patata frita, pero sin aceite…

Ingredientes:

120 gr de chocolate sin gluten (he usado Nestlé postres)
125 ml de crème fraîche sin gluten (he usado la del Mercadona)
150 gr de azúcar moreno
300 gr de harina Mix Dolci Schaer
1 pizca de sal
1 cucharadita de bicarbonato
120 gr de mantequilla en pomada
200 gr de azúcar
2 huevos
175 ml de agua

Para el relleno y la decoración (que modifiqué porque me encanta que sea blanco por fuera y negro por dentro, pero sigue siendo sin gluten!)

500 ml de nata 35% MG
2 cucharadas de azúcar glass
Fundimos el chocolate al baño maría junto con el azúcar y la crème fraîche. Tamizamos la harina, sal, bicarbonato y el cacao. Montamos las claras y reservamos. Batimos la mantequilla hasta blanquearla, agregamos el azúcar, y las yemas de huevo de una en una hasta que se integren. Bajamos la velocidad de la batidora al mínimo, y vamos agregando alternativamente harina y agua. Agregamos la mezcla del chocolate, y finalmente las claras con cuidado de que no se bajen, pero estén perfectamente integradas. Horneamos en un molde de 20 cm durante 30 o 40 minutos, hasta que al pincharla por el centro salga limpio. Dejamos enfriar, y cortamos.

Montamos la nata con el azúcar. Ya sabéis que para hacerlo, es necesario que esté muy fría, sé de gente que incluso enfría las varillas y el recipiente donde va a batir, aunque a mí hasta ahora no me ha resultado necesario. Rellenamos la tarta, y con la nata sobrante la recubrimos ayudándonos con una espátula. Aquí me gustaría poder daros explicaciones sobre cómo hacerlo para que quede bien liso, pero antes necesito yo unas clases. Si tenéis algún truco, será bienvenido! …y a disfrutar sin gluten!